Es un cáncer que ha permeado a la sociedad y que nos daña en forma moral y económica; la encontramos en los ciudadanos, en las actividades de los funcionarios públicos y los empresarios delincuente. Se refleja en los pésimos servicios recibidos, en la falta de castigo a los infractores, en los alimentos que consumimos y en múltiples actividades profesionales. Puentes de oro, carreteras que se despedazan, agua que no llega, alimentos chatarra, etc.,etc. 

La corrupción galopante y obscena que se ha presentado especialmente en los últimos 18 años ha dañado el desarrollo nacional. Estos desfalcos han dejado sin capacidad de atención a hospitales, falta de medicamentos, obras
de infraestructura con precios triplicados, inexistentes o de pésima calidad, o de servicios sociales y educación que nunca llega a la población, que no llegan debido a la falta de recursos que son desviados o que son apropiados por dichos grupos de delincuencia organizada. Otro tipo de corrupción que hace mucho daño a la población son los alimentos chatarra. Y esto no es nada nuevo, gran parte de lo que está consumiendo nuestro pueblo son productos huecos, alimentos huecos que no tienen capacidad para nutrir, únicamente para engordar y quitar el hambre pero que no fortalece la salud ni mejora las condiciones de los que los consumen.
De tal forma que estamos creando millones de gente propensa a las enfermedades permanentes como la obesidad y diabetes, que están propiciando daños permanentes a la población en México. Nuestro organismo se nutre con lo que  comemos y si comemos chatarra tendremos un pueblo de salud chatarra

Como ciudadanos no participemos en estas actividades, no permitamos ni promovamos la corrupción, iniciemos en nuestro entorno y denunciemos estos actos donde se presenten.

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